

EL LUGAR PARA DISFRUTAR DE LA NAVIDAD
UN CUENTO DE NAVIDAD
Entre en el espíritu navideño con nosotros. Con un maravilloso cuento de Navidad patrocinado por el fundador del «Adviento original de Salzburgo», el Sr. Erich W. Holzmann.
K + M + B 1956
E.W. Holzmann 2000 / Revisión 2007
Según la antigua tradición, las fuerzas oscuras tienen un poder muy especial durante las Rauhnächte. Para combatir eficazmente a estos espíritus, en Pinzgau se quema incienso desde hace siglos.
Las primeras letras de los Reyes Magos «Kaspar, Melchor y Baltasar» están escritas en el marco de la puerta principal con tiza consagrada como símbolo de protección contra el mal.
El significado original en latín C + M + B -christus mansionem benedicat-, traducido a la ligera como «Dios bendiga esta casa», se había convertido en K + M + B entre la gente corriente. Esto ha llegado hasta nuestros días y casi nadie reconoce el significado original.
Conocía esta costumbre de la granja de la Baja Austria donde había vivido hasta los seis años, pero ahora, como Taferlklassler de siete años en Zell am See, pude descifrar las tres letras por primera vez.
En 1956 leí la K – M – B sobre la puerta de entrada de nuestros vecinos, la familia Totschnig, y sin sospecharlo le pregunté a Walter, que entonces tenía 14 años, qué significaba.
Su respuesta sonó absolutamente convincente: sólo las familias con tres hijos pueden escribir estos signos en la puerta, ya que K significa el más pequeño, M el mediano y B el más importante. No hace falta mencionar que los Totschnig eran tres, ni que Walter era el mayor y, por tanto, el más importante.
Aún hoy me sorprende su increíble rapidez de ingenio, porque las primeras letras de los tres nombres de pila Werner, Helmut y Walter habrían sido difíciles de explicar.
No quería creerme del todo lo que había oído, ya que lo mismo estaba escrito encima de la entrada de la vicaría y, desde luego, allí no vivían tres niños. Pero Walter también tenía una rápida explicación para eso.
Habría una excepción para las vicarias, la K sería para la cooperadora, la M para la cocinera Mitzi y la B claramente para el granjero «B». Eso sonaba plausible y así tuve claro lo que tenía que hacer.
Al día siguiente, cortaron un trocito de tiza en el colegio y por la tarde los signos mágicos, K + M + B 1956, estaban estampados en la puerta de nuestra cocina.
Por la noche, cuando Walter, sorprendido por mi descaro, me preguntó a qué venía todo aquello, le di una respuesta definitiva y, sobre todo, completamente lógica.
A falta de hermanos -mi hermano no llegó hasta 1957, pero ni siquiera él habría marcado la diferencia según la «teoría de Totschnig»-, la K significaba Kleinster, la M Mutti y la B …. «B «apa.